Diseño interior como herramienta pedagógica: espacios que educan, inspiran y protegen.
En esta segunda sede del centro de desarrollo infantil ARLEQUÍN, ubicada en el barrio belén de Medellín, nos enfrentamos al reto de crear un diseño interior que respondiera tanto a la diversidad de actividades propias de un centro de desarrollo infantil como a las necesidades específicas de una comunidad educativa en expansión. Partimos del principio de que los espacios son una extensión de la pedagogía, y como tal, deben ser claros, estimulantes, seguros y emocionalmente positivos.
El diseño general gira en torno a la flexibilidad espacial y a la creación de ambientes diferenciados que respondan a las distintas etapas del desarrollo infantil. Implementamos un lenguaje arquitectónico amigable y lleno de matices, donde el color, la forma y la iluminación dialogan para crear experiencias sensoriales enriquecedoras.
La zona de juegos, con texturas suaves y mobiliario lúdico, se convierte en el corazón del centro: un lugar donde el movimiento, la imaginación y la socialización ocurren de manera natural. La biblioteca y los rincones de lectura fueron pensados como refugios tranquilos que invitan a la calma y al descubrimiento a través de los libros. En el comedor, los colores tierra y los materiales cálidos generan un ambiente de convivencia y tranquilidad.
Uno de los ejes clave del diseño fue la sostenibilidad: incorporamos materiales duraderos, de bajo mantenimiento y de origen responsable, con el fin de garantizar un uso prolongado y seguro. Además, trabajamos con luz natural y ventilación cruzada para mejorar la calidad del ambiente interior.
Este proyecto encarna nuestro compromiso con una arquitectura que no solo construye espacios, sino que construye experiencias. Cada decisión proyectual estuvo guiada por el deseo de crear un entorno donde los niños se sientan valorados, cuidados y motivados a explorar el mundo desde la alegría de ser ellos mismos.
